sábado, 6 de julio de 2019

1948: EL PRIMER CONFLICTO ARABE-ISRAELI(II)


Todos los políticos lúcidos y deseosos de la paz mundial pensaban que aquel fuego que acababa de prenderse no estaba destinado a apagarse. Por ello estaba a favor de una solución negociada del conflicto; de un acuerdo entre los beligerantes que condujeses a un reparto de Palestina. Preconizaban un modus vivendi entre árabes y judíos, que tendiese a lograr su coexistencia en aquel suelo tan disputado.
 La guerra de 1948 revistió un carácter bastante extraño; pues varias treguas sucesivas, más o menos respetadas. La dividieron en fases activas o pasivas durante las cuales jamás se interrumpieron las negociaciones.
La Liga Árabe, el 30 de mayo logró expulsar a los judíos del casco antiguo de Jerusalén.
La resistencia de las fuerzas árabes del interior se derrumbó rápidamente. Unos cuantos actos de violencia cometidos por los judíos y hábilmente publicados por ellos mismos aterrorizaron a la población árabe y lograron que esta huyese para reunirse con los invasores. Este éxodo árabe planteó un nuevo problema: el de los refugiados.
Pero la situación de las fuerzas judías era demasiado débil, y hasta el 10 de junio no lograron poner fin al cerco de la parte judía de Jerusalén. Un cerco que había durado tres meses.
El 9 de junio las partes habían aceptado una tregua de cuatro semanas, durante la cual los observadores internacionales trabajaron en la búsqueda de una tierra de nadie, algo que se logró; pero, al cabo de las cuatro semanas no habían logrado conseguir una solución conciliadora y el día 9 de junio se reanudaron los combates.
Contrariamente a lo que cabía esperar, los judíos emprendieron la ofensiva en todos los frentes y consiguieron ventajas casi generales. Tan sólo los iraquíes consiguieron algunos éxitos en Samaría.
Los combates cesaron de nuevo el 19 de julio, merced a un acuerdo de la ONU el 15 de julio que declaraba prorrogada la tregua.

La diferencia de esta tregua es que fue impuesta a los beligerantes, y no aceptada por las partes el conflicto. La Pregunta que muchos se hicieron fue ¿tenía la ONU los medios necesarios para imponerla?
Comenzó entonces el periodo estadounidense de la tregua.
El sistema aplicado se demostró escasamente eficaz, y los observadores solo consiguieron resultados parciales y temporales.
Esta vez fueron los judíos los que violaron la tregua al ejecutar progresivamente su plan de operaciones ofensivas, en presencia de unos árabes divididos y pasivos y de los observadores paralizados y carentes de medios para hacer observar la tregua.
La Haganah   se mostró muy activa en la región del Hebrón, ocupando también toda Galilea y algunos pueblos fronterizos del Líbano. No obedecieron la orden alto el fuego  hasta que no hubieron logrado sus objetivos.
El 30 de noviembre, los comandantes en jefe judío y transjordano de Jerusalén firmaron un acuerdo de alto el fuego, sincero y efectivo. Este acuerdo sí sería respetado.
El 24 de febrero de 1949 fue firmado en Rodas un armisticio entre Israel y Egipto que saldo el fracaso e la invasión de Palestina por las fuerzas árabes.
El texto del acuerdo establecido el 3 de abril de 1949, Transjordania fue denominada Reino Hachemita de Jordania lo que implicaba el reconocimiento por parte de la ONU de la incorporación de la parte árabe de Palestina al reino de Abdullah.
Así terminó la Guerra de la Independencia de Israel, sin que la cuestión Palestina quedase zanjada por su reparto entre Israel y Jordania. Tampoco se logró la solución del problema de Jerusalén, pues la ciudad antigua quedó en poder de las tropas jordanas y la zona moderna en manos de los judíos. Fue una gran ocasión perdida por la ONU de dotar a la ciudad de Jerusalén y de los Santos Lugares de un régimen internacional de ciudad libre. Ni Francia, ni la Santa seda que a través de la encíclica In Multiplicibus , que adoptaba las opiniones francesas logró demasiada resonancia entre sus fieles.
En el éxito relativo que logro alcanzar la ONU, un papel esencial lo representaron los observadores, algunos de los cuales perdieron la vida, al convertirse en observadores-blanco.
El doctor Weizmann, jefe del Estado de Israel les rindió homenaje con estas palabras:

Si no han conseguido ustedes, señores, impedir esta pequeña guerra – aunque para quienes la hacen, una guerra jamás es pequeña- por lo menos la han reducido a unos límites angostos y a unas proporciones aceptables.

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