jueves, 19 de septiembre de 2019

REQUETÉ... ¿QUÉ?


En la actualidad la palabra requeté significa tanto una agrupación política con ideales tradicionalistas como el cuerpo de soldador voluntarios que lucharon en defensa de aquellos ideales. Pero la palabra, al aparecer por los años 1833/34, en los comienzos de la primera guerra carlista tenía un significado mucho más restringido. Entonces era simplemente el nombre que se daba a una unidad carlista: el Tercer Batallón de Navarra.
Esta unidad era famosa por su bravura y el buen humor de sus hombres, y se cuenta -aunque sin ningún fundamento- que el general Zumalacárregui, resumiendo una vez la actuación de sus soldados , dijo: “Todos los batallones se han portado muy bien, pero el Tercero, mejor que ninguna. Este batallón no sólo es bueno, sino “requetebueno”.
A partir de entonces, según las mismas fuentes, la unidad fue conocida con el nombre de Batallón Requetebueno.
Por una elipsis normal entre personas que no se distinguen por los remilgos léxicos, el apelativo pronto quedó reducido a un simple “requeté”.
Ahora bien, el vocablo requetebueno en boca de Zumalacárregui parece que es pura leyenda. Probablemente el general carlista nuca dijo esta palabra. El nombre popular y afectuoso con que era conocido el Tercer Batallón Navarro tuvo otro origen.
Entre los soldados del Ejercito carlista, había tanto valor y alegría como falta de dinero.Las tropas no poseían uniforme, y los voluntarios se alistaban con su indumentaria civil, que no podía sustituir porque no existía otra.

Las largar marchas y las acciones de guerra pronto estropearon esos pantalones de pana, eas burdas camisas, esas boinas azules, esas fajas encarnadas. Y los soldados debían avanzar por esos mundos de Dios maltrechos y semidesnudos. Algunos se quejaban. Pero los del Tercer Batallón Navarro, que eran por lo visto los más desharrapados, aunque también los más jacarandosos, se reían de sus propias desventuras- los descosidos y rotos de sus pantalones- y con ritmo de canción marcial, quizás guiñándose el ojo se decía unos a otros.
Vamos, andando, tápate,
Que se te ve ...el requeté...”
Seguía, naturalmente, un adjetivo, al que el prefijo de marras no hacía más que reforzar. Pero ¿qué adjetivo?  La tradición, que ha conservado escrupulosamente el púdico y travieso estribillo, no dice nada al respecto.
El estribillo de marras no era en origen tan pudoroso. Decía así:
«Tápate soldado, tápate, que el culo se te ve»
Letra que era cambiada por la anterior cuando la canción era cantada al entrar en los pueblos. Dicen, que para no escandalizar a las mujeres.

La canción se hizo famosa muy pronto y la última palabra del estribillo acabó por representar, ante otras unidades, al batallón preferido de Zumalacárregui. Este fue, según todos los indicios, el origen de la hoy tan amplia y honorable palabra “requeté”.

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