En la actualidad la palabra requeté
significa tanto una agrupación política con ideales tradicionalistas como el
cuerpo de soldador voluntarios que lucharon en defensa de aquellos ideales.
Pero la palabra, al aparecer por los años 1833/34, en los comienzos de la
primera guerra carlista tenía un significado mucho más restringido. Entonces
era simplemente el nombre que se daba a una unidad carlista: el Tercer Batallón
de Navarra.
Esta unidad era famosa por su bravura y el buen
humor de sus hombres, y se cuenta -aunque sin ningún fundamento- que el general
Zumalacárregui, resumiendo una vez la actuación de sus soldados , dijo: “Todos
los batallones se han portado muy bien, pero el Tercero, mejor que ninguna. Este
batallón no sólo es bueno, sino “requetebueno”.
A partir de entonces, según las mismas fuentes, la
unidad fue conocida con el nombre de Batallón Requetebueno.
Por una elipsis normal entre personas que no se
distinguen por los remilgos léxicos, el apelativo pronto quedó reducido a un
simple “requeté”.
Ahora bien, el vocablo requetebueno en boca
de Zumalacárregui parece que es pura leyenda. Probablemente el general carlista
nuca dijo esta palabra. El nombre popular y afectuoso con que era conocido el Tercer
Batallón Navarro tuvo otro origen.
Entre los soldados del Ejercito carlista, había
tanto valor y alegría como falta de dinero.Las tropas no poseían uniforme, y
los voluntarios se alistaban con su indumentaria civil, que no podía sustituir
porque no existía otra.
Las largar marchas y las acciones de guerra pronto
estropearon esos pantalones de pana, eas burdas camisas, esas boinas azules,
esas fajas encarnadas. Y los soldados debían avanzar por esos mundos de Dios
maltrechos y semidesnudos. Algunos se quejaban. Pero los del Tercer Batallón Navarro,
que eran por lo visto los más desharrapados, aunque también los más
jacarandosos, se reían de sus propias desventuras- los descosidos y rotos de sus
pantalones- y con ritmo de canción marcial, quizás guiñándose el ojo se decía
unos a otros.
“Vamos, andando, tápate,
Que se te ve ...el requeté...”
Seguía, naturalmente, un adjetivo, al que el prefijo
de marras no hacía más que reforzar. Pero ¿qué adjetivo? La tradición, que ha conservado
escrupulosamente el púdico y travieso estribillo, no dice nada al respecto.
El estribillo de marras no era en origen tan
pudoroso. Decía así:
«Tápate soldado, tápate, que el culo
se te ve»
Letra que era cambiada por la anterior cuando la
canción era cantada al entrar en los pueblos. Dicen, que para no escandalizar a
las mujeres.
La canción se hizo famosa muy pronto y la última
palabra del estribillo acabó por representar, ante otras unidades, al batallón
preferido de Zumalacárregui. Este fue, según todos los indicios, el origen de
la hoy tan amplia y honorable palabra “requeté”.
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